En Marx Madera nos gusta mirar nuestra imagen reflejada en el espejo. No por narcisismo sino por necesidad de conocerla. A veces el espejo nos devuelve una imagen poco gratificante, a veces nuestros feroces enemigos nos la manipulan para que parezcamos demonios horribles y torpes. A veces, nuestros renegados se autojustifican cargando las tintas. Otras, nosotros mismos estropeamos la foto.

Aprovechando que Iberoamericana Vervuert ha publicado una obra, (1) de aventurero título en su primera línea y procelosa descripción de su contenido en las líneas siguientes, hemos convocado (2) a unas cuantas personas para que hagan su lectura particular de alguna de l...

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